¿A quién no le ha pasado? Estás disfrutando de tu vino favorito cuando de repente…se te cae la copa y se pone todo perdido. En estos casos, lo mejor es actuar lo más rápido posible, porque cuanto más seca esté la mancha, más difícil será de eliminar. En este post te daremos algunos trucos sobre qué productos utilizar en función del tipo de vino, ¡no te lo pierdas!
Vinos blancos
A pesar de haber vinos muy claros, el vino blanco también deja mancha. Para poder eliminarlas, lo ideal es utilizar sal de mesa (truco: cuanto más gruesa sea, mejor), aplicando una buena capa por encima de la mancha. Tan solo tendrás que esperar a que ésta absorba el vino derramado y, tras esto, aplicar zumo de limón para que no quede ni rastro de la mancha. Una vez hayas hecho este proceso, lava la prenda con normalidad y verás que la mancha se habrá ido por completo.
Vinos tintos y rosados
Como podrás imaginar, cuanto más oscuro sea el color del vino, más difícil será de eliminar. Además, otro punto importante a tener en cuenta es si la mancha es reciente o si, por el contrario, ya está seca, lo cual influye en qué productos utilizar para intentar quitarla.
Si la mancha es reciente, al igual que en el caso del vino blanco, el mejor truco es utilizar sal de mesa. Si aplicas una generosa cantidad, conseguirás que absorba todo el vino de la mancha. Una vez has hecho esto, la mejor manera de quitar las manchas de vino tinto es utilizar vino blanco. ¿Por qué? Muy sencillo. Los taninos de los vinos blancos ayudan a neutralizar la tinción de los vinos tintos. Empapa bien la zona de la mancha con vino blanco y utiliza una esponja o trapo para ir retirando la mancha poco a poco.
Si a pesar de esto, la mancha sigue sin desaparecer, puedes utilizar bicarbonato sódico para eliminarla. Echa encima de la zona empapada con vino blanco una pasta espesa de bicarbonato y agua y déjalo actuar durante varias horas, vigilando que en todo momento se encuentre húmeda. Tras esto, lava la prenda con normalidad y verás como ya no queda ¡ni rastro de la mancha!
Si, por desgracia, la mancha está seca, quitarla será un poco más difícil, pero no imposible. Uno de los métodos más efectivos es utilizar leche. Calienta leche en un barreño o palangana e introduce la prenda manchada a remojo. Deja que actúe y verás cómo la mancha va desapareciendo poco a poco. Lava después la prenda de manera habitual y desaparecerá por completo.
Si pese a todo esto la mancha se resiste a irse, podemos emplear un plan B. De manera proporcional, utiliza una mezcla hecha a base de 5 partes de agua, 1 parte de agua oxigenada y 4 partes de amoniaco. Remueve bien e introduce la prenda a remojo durante varias horas. Para terminar, aclárala con abundante agua y lávala como hayas hecho siempre, ya verás como de esta manera la mancha se habrá eliminado en su totalidad.
Esperamos que estos trucos te hayan servido, pero recuerda que el placer de disfrutar de una copa de un buen vino siempre será mayor que el riesgo de mancharte con él.
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