El vino tiene detrás de una gran historia y, además, hay ciertos aspectos del mundo del vino que son claves en su evolución. Uno de ellos es la barrica. Por eso, en nuestro post de hoy hablaremos sobre cómo llega a usarse la barrica de roble para la crianza del vino.
La barrica fue inventada por los celtas asentados en Europa central y con gran cantidad de bosques y un clima frío y húmedo. Ya que la madera se conserva mejor en climas húmedos, se fueron perfeccionando recipientes para guardar la cerveza. Al mismo tiempo más o menos, lo romanos, en la cuenca mediterránea usaban ánforas para almacenar y transportar. Esto se daba porque ahí llovía menos y el clima era más agradable.
¿Cómo surge la barrica?
El imperio romano, al conquistar la región de Galia, descubrió en la barrica un recipiente fácil de manejar. Además de ser resistente, de poca permeabilidad y de gran almacenaje. Aprendieron a elaborar las barricas humidificando las tablas. De este modo podrían darles la forma deseada.
Así fue como los romanos empezaron a transportar su vino en barricas de roble. El motivo por el cual eligieron este material era porque era fácil de doblar, impermeable y además era muy abundante en los bosques de Europa.
Así que, tuvieron en cuenta que su transporte era más fácil, ya que tenía forma circular y podían rodar. Esto hizo que se empezara a transportar su vino en barricas de roble.
Respecto al punto de vista enológico, nacieron nuevos vinos y se hizo una selección de maderas para las barricas. Para la elaboración de los toneles se utilizó el pino, el cerezo, el fresno, la acacia, la haya, el abeto y el castaño. Sin embargo, con el tiempo, se estandarizó el roble.
La barrica para almacenar
Durante su transporte, las barricas estaban mucho tiempo en las bodegas y con altas temperaturas. Esto hacía que se perdiera calidad en ocasiones, al avinagrarse el vino. Además, en otros casos, gracias a las moléculas del interior del barril, surgieron vinos muy buenos.
Por esto, empezaron a plantearse usar las barricas para almacenar, más allá de simplemente transportar. Así, el vino sabía mejor y estaba más suave. Además, contaba con aromas o la canela, procedentes del tostado de la madera.
Con el descubrimiento de las botellas de vino y el avance de la química, todo esto cambia. La barrica era un elemento de crianza. Tras lo cual se embotellaba. Así se conseguía un aroma más agradable y aumentaba su vida, también.
Esto llega a España en el siglo XIX. Sin embargo, no es hasta finales del siglo XX cuando el uso de la barrica no es mayoritario. Y, hoy en día, la barrica ya está en todas las bodegas. Simplemente varía el tiempo que permanece el vino.
Ahora que ya sabes a importancia de la barrica en el vino y su historia, te dejamos un post sobre otro de los elementos fundamentales del vino, la botella.
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