Una de las principales dudas que se presentan cuando empezamos a beber vino es que porqué el color de vino va cambiando. Para empezar, el vino es un “producto vivo” y, al igual que nosotros envejecemos nosotros también. Y, además de su tonalidad, varía su sabor.
Es cierto que la variedad de la uva es la que da color al vino, aunque su paso por la barrica y por la botella también producen una variedad en su tonalidad.
¿De qué depende el color de un vino?
Además de por el tipo de uva, como ya hemos comentado, el color del vino se debe fundamentalmente a la composición en antocianos, al pH y a los fenómenos de copigmentación. Todos estos varían con el tiempo. También, el proceso de oxigenación del vino a través del tapón origina nuevos pigmentos, e influye en la variación de la tonalidad.
Este proceso de oxigenación y su mala conservación pueden afectar negativamente si pasa demasiado tiempo desde que el vino se embotella.
¿Cómo apreciar la tonalidad del vino?
Para evaluar la tonalidad del vino, podemos ayudarnos con los diferentes colores que tiene una copa, que se dividen en capa, nivel estándar de color y de ribete. Respecto a la capa, el color depende de la variedad de la uva que se haya utilizado a la hora de elaborar el vino. En cuanto al nivel estándar es determinados por los antocianos, que están en la piel de la uva. Y, por último, el ribete, que es la parte más exterior del vino y en la cual es más fácil diferenciar las tonalidades.
El cambio de tonalidad en cada tipo de vino
La norma general es que, los vinos tintos se aclaren, frente a los blancos que se oscurecen con el paso del tiempo.
En el caso de los vinos tintos, los más jóvenes tienen un tono azulado amoratado, los crianzas son más granate y, los reserva y gran reserva, adquieren una tonalidad que se asemeja más al marrón y al teja.
Por otro lado, los vinos blancos más jóvenes tienen un color amarillo pajizo que tiende, algunas veces, al verdoso. Al pasar el tiempo, su tono se oscurece, alcanzando una tonalidad dorada anranjada.
En cuanto a los rosados, su tonalidad será fresa pálido si es joven. Con el tiempo su color pasará a ser fresa intenso, fresa asalmonado y anaranjado, llegando al color piel de cebolla lo que tienen más años.
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