No hay nada mejor que disfrutar del sabor de un buen vino, pero muchas veces, especialmente cuando estamos en casa, no nos terminamos la botella y la guardamos para la próxima ocasión. Si quieres que la próxima vez que lo tomes siga estando igual de bueno que el primer día, es necesario guardarlo en unas buenas condiciones que hagan que no se estropeen ni su sabor ni su aroma.
La ubicación del lugar de almacenamiento
El lugar donde guardas tus botellas de vino es muy importante para su buena conservación. Si tienes la suerte de contar con una vinoteca en tu casa, o puedes conseguirla con facilidad, ya tienes varios puntos a tu favor. Si no es así, lo ideal es guardarlo en una bodega o sótano donde no haya instalaciones de calefacción o aire acondicionado. Además, lo más apropiado es que este lugar se encuentre orientado hacia el nordeste, ya que así se evitan grandes variaciones de temperatura. Ésta debe ser constante y rondar entre los 10ºC y los 16ºC.
Lo más importante es que esté alejado de lugares como la cocina, ya que las temperaturas que se pueden alcanzar mientras se hace la comida pueden ser fulminantes para el vino.
Control de la temperatura y la humedad: factores fundamentales
Como ya hemos dicho, la temperatura es un factor fundamental a la hora de conservar el vino. Por eso, una vez hayas descorchado la botella, evita dejarla en lugares donde reciba mucha luz o calor, como puede ser la encimera de la cocina y, si es posible, utiliza algún tipo de enfriador especial para el vino.
Además, es importante controlar también la humedad del entorno, que no debería ser inferior al 65% ni superior al 80%. De esta manera, podremos evitar que el corcho se seque, se humedezca o que proliferen hongos.
Para conocer estos datos, tan solo tendrás que dejar junto a tu botella un termómetro o higrómetro.
La iluminación
Otro aspecto importante a tener en cuenta es la iluminación. Es importante que se eviten las luces de neón y las bombillas que tengan una potencia superior a los 75W, ya que los rayos podrían atravesar las botellas y dañar el vino, especialmente en el caso de los vinos blancos.
Por eso, lo ideal es guardar el vino en el sitio más oscuro posible. También se puede guardar en muebles o cajas para que no incida directamente la luz sobre las botellas y sin otros productos junto a ellas, ya que, si emiten aromas fuertes, el olor podría traspasar los poros del tapón. Sin embargo, lo más apropiado es guardar las botellas en estanterías apropiadas para ello.
Posición y tiempo de conservación
Para conservar el vino con todas sus propiedades, es muy importante que las botellas estén en una posición estable, sin vibraciones y colocadas en horizontal, para que el vino esté constantemente en contacto con el corcho, evitando que este se seque (si se secara, perdería su hermetismo y podría entrar aire).
Con respecto al tiempo que dura una botella de vino abierta, este varía en función del tipo de vino, pero a rasgos generales, los vinos jóvenes deben consumirse en el mismo año en el que son adquiridos; los Crianza en los 5 años siguientes y los Reserva y Gran Reserva entre los 10 y 15 años.
Sin embargo, esto solo son estimaciones, por lo que el tiempo dependerá de las condiciones de cada botella en particular.
Deja un comentario